Una experta en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) encontró una solución para contrarrestar el deterioro prematuro del estuco con el que se recubren las fachadas; se trata de la atapulgita, un mineral arcilloso imperceptible al ojo humano, cuyo uso en una casa previno el conocido ennegrecimiento, signo de dicho deterioro que se da en los frentes de las edificaciones por la exposición al sol y la lluvia.