O.M.S.-
La
prevención de las infecciones asociadas a la atención médica nunca
ha sido tan importante como lo es ahora con la pandemia mundial
COVID-19. La enfermedad altamente infecciosa afectó a todos, en todo
el mundo, dentro y fuera de las instalaciones de salud, y estableció
una nueva normalidad que incluye usar máscaras, llevar un
desinfectante de manos y mantener la distancia física.
Cox's
Bazar, en Bangladesh, alberga a casi un millón de rohingya -minoría
musulmán en Birmania- que viven en campamentos de refugiados
abarrotados donde estas acciones para salvar vidas difícilmente
pueden ser la norma. La trabajadora humanitaria de la OMS, Rebecca
Rachel Apolot, está utilizando su vasta experiencia en brotes para
prevenir la propagación de COVID-19 en las instalaciones de salud
que sirven al campo de refugiados más grande del mundo.
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